Texto Argumentativo - “El Milagro Secreto”

 El verdadero milagro: el arte como sentido en el caos

Análisis de “El Milagro Secreto” de Borges por Lucía Belmonte

Jorge Luis Borges es uno de los escritores más influyentes de la literatura argentina y universal. Conocido por su estilo intelectual, filosófico y laberíntico, crea mundos donde la realidad y la ficción se entrelazan, y donde lo infinito, lo simbólico y lo metafísico son protagonistas. En El milagro secreto, Borges nos lleva a un escenario donde el tiempo se detiene y el pensamiento se convierte en refugio. A través del personaje de Hladik, el autor propone una visión del milagro que no es espectacular ni visible, sino silencioso y mental. La cita que analiza el cuento señala que Hladik “encuentra a Dios en un mapa de la India”, y que esta elección geográfica no es casual. Según Barrenechea, la India representa lo “vasto y lo caótico”, y ese mapa “encierra como la biblioteca total todas las formas posibles que abarca la mente de Dios”. Desde esta imagen poderosa, se abre una reflexión sobre la relación entre la creación, la divinidad y la experiencia personal del arte, tanto en el cuento como en la vida real.

Me parece muy acertado pensar que el mapa de la India es una metáfora del universo, con su desorden aparente y su infinitud. Borges elige este símbolo para mostrar que, dentro del caos del mundo y del destino (como el de Hladik, que será ejecutado), puede encontrarse un orden oculto, una forma de sentido. Ese orden, en este caso, lo da la creación literaria. Lo más interesante es que el encuentro con Dios no sucede en la realidad concreta, sino en un sueño. Esto refuerza la idea borgeana de que los límites entre la vigilia y la fantasía son frágiles. Y que, muchas veces, los momentos más reveladores ocurren en espacios mentales.

Hladik no pide vivir más para escapar de la muerte. Solo quiere terminar su obra. Cuando dice: “Otórgame esos días, Tú de Quien son los siglos y el tiempo”, muestra que no se enfrenta a la muerte con desesperación, sino con el deseo de completar algo esencial. La cita también resalta que no escribe “para la posteridad ni aún para Dios”, lo que me parece clave. Su motivación es personal, íntima. No busca reconocimiento. Busca sentido. Y eso me hizo pensar que, quizás, Borges está planteando que el arte verdadero nace de una necesidad interior, no de la ambición.

Coincido con la idea de que el milagro es trasladado al lector. Al aceptar esa “irrealidad” donde el tiempo se detiene y el pensamiento avanza, nos vemos obligados a repensar nuestras propias ideas sobre el tiempo, la muerte y la creación. Borges nos hace sentir que, en medio del caos del mundo (como el mapa de la India), hay momentos de orden profundo, casi divino. Y que esos momentos pueden darse a través del arte.

El milagro secreto no solo cuenta una historia fantástica, sino que nos propone una nueva forma de entender el arte y su valor. La cita lo resume muy bien al hablar del mapa como símbolo del universo total y de la mente de Dios. A partir de allí, Borges nos muestra que el milagro no está en escapar de la muerte, sino en lograr, aunque sea por un instante detenido, crear algo verdadero. Para Hladik, ese acto fue su redención. Para el lector, puede ser una revelación: a veces, el único milagro posible es encontrar sentido en medio del caos.