Texto Argumentativo - “Emma Zunz”

 “Emma Zunz: La verdad y la mentira como mecanismos de justicia”

Análisis de la historia escrita y la historia oculta en el cuento de Borges

 

En este trabajo voy a analizar el cuento Emma Zunz, escrito por Jorge Luis Borges y publicado por primera vez en 1948. Este relato, a simple vista, narra la historia de una joven que decide vengar la muerte de su padre. Sin embargo, como sucede con muchas obras de Borges, lo que se ve en la superficie es apenas una parte del mensaje. A través de símbolos, contradicciones, guiños narrativos y decisiones muy particulares en la forma de narrar, Borges sugiere otra historia que no está explícitamente contada: una historia oculta que se esconde detrás de los hechos y que revela una mirada mucho más compleja sobre la justicia, la verdad y el poder.

Jorge Luis Borges (1899-1986) fue uno de los escritores más importantes del siglo XX. Nacido en Buenos Aires, Borges fue un autor que combinó la literatura con la filosofía, las matemáticas, la teología, y una fuerte carga simbólica. Se interesó por los laberintos, los espejos, las bibliotecas infinitas, y también por los dilemas morales y metafísicos. Su obra se caracteriza por esconder significados profundos detrás de estructuras aparentemente simples. Borges decía que no creía en el realismo, y eso se nota en cómo construye sus relatos: nunca cuentan una historia sin también hacer preguntas sobre el lenguaje, la memoria, o la verdad.

Emma Zunz es uno de los cuentos más realistas de Borges, pero no por eso menos simbólico. Lo que me propongo en esta tesis es analizar cómo Borges construye dos niveles en este relato: la historia escrita (los hechos que leemos en el cuento) y la historia oculta (lo que realmente puede estar diciendo Borges detrás de esos hechos). Para eso, voy a explorar el uso del lenguaje, los símbolos, las decisiones que toma el personaje de Emma y cómo esas decisiones pueden interpretarse desde una perspectiva más profunda, incluso filosófica.

El cuento Emma Zunz está narrado en tercera persona y comienza con una noticia que marca el inicio del conflicto: Emma Zunz recibe una carta que le informa que su padre, Emmanuel Zunz, se ha suicidado. Desde ese momento, la protagonista planea una venganza. Su padre había sido injustamente acusado de un desfalco en la fábrica en la que trabajaba, y según Emma, el verdadero culpable había sido Aarón Loewenthal, un hombre que había ascendido dentro de la empresa y ahora era su director.

Emma idea un plan complejo: finge querer hablar con Loewenthal, pero antes se acuesta con un marinero desconocido, para luego justificar su estado emocional como si Loewenthal hubiera abusado de ella. Finalmente, asesina a Loewenthal con un revólver que él mismo tenía en su escritorio. Después de matarlo, Emma va a la policía y cuenta una versión de los hechos que es parcialmente verdadera: que fue víctima de un abuso, que se defendió, y que por eso mató al hombre.

Desde la estructura superficial, el relato parece una historia policial o de justicia por mano propia. Borges se encarga de relatar los hechos con precisión y sobriedad, sin exageraciones, sin sentimentalismo, y utilizando una prosa seca y directa. Lo que destaca es la frialdad con la que Emma planifica todo: ella no actúa de manera impulsiva, sino que organiza cada paso de su plan con cuidado. Lo único que parece fuera de su control es su reacción al contacto con el marinero, donde Borges introduce una de las frases más famosas del cuento: “el pudor que había sentido no era por el acto sino por el contacto del desconocido, por la obligación de imaginarse que ese hombre repugnante – para que Loewenthal creyera esa mentira – la había ultrajado”. Esa línea ya deja entrever que hay algo más complejo ocurriendo en la mente de Emma.

La historia escrita, entonces, es la de una venganza personal por una injusticia cometida contra el padre, que culmina con un asesinato justificado ante la ley por una mentira cuidadosamente construida. Lo que hace que el cuento sea especial no es solo el argumento, sino la manera en la que Borges elige contarlo: dejando espacios en blanco, ambigüedades y elementos que no terminan de cerrarse del todo.

Habiendo analizado la historia escrita, ahora me propongo explorar la historia oculta que Borges deja entrever en Emma Zunz. Esta dimensión simbólica no está explícita en los hechos que se narran, sino en los nombres, en las repeticiones, en los silencios del relato y en la ambigüedad profunda que tiene el personaje de Emma. Como ocurre en muchos de sus cuentos, Borges construye una historia dentro de la historia, una capa que no está en la superficie pero que transforma por completo el sentido de lo que leemos.

Uno de los primeros detalles que llama la atención es el nombre de la protagonista. Emma contiene dos letras M, y Zunz contiene dos Z. Esta repetición no es casual: puede interpretarse como un símbolo de dualidad. Emma es, al mismo tiempo, dos versiones de sí misma. Por un lado, una joven callada, obediente, frágil, que trabaja en una fábrica y cuida la memoria de su padre. Por el otro, una mujer fría, decidida, calculadora, capaz de planear un crimen con una precisión casi matemática. Esta dualidad no solo define su carácter, sino que representa también el contraste entre la verdad y la mentira, entre lo justo y lo ilícito, entre el lenguaje y los hechos, e incluso entre la inocencia y el pecado.

Este doble juego también se ve en los nombres. Borges elige nombres que remiten al alemán, como Zunz y Loewenthal. El alemán fue el idioma de la filosofía, pero también el de los juicios, del nazismo, del poder frío de la burocracia. Es probable que Borges haya usado estos nombres como símbolo de autoridad, de un poder impersonal y estructurado que no se preocupa por la verdad emocional, sino por los hechos tal como se pueden presentar ante una justicia formal. En este sentido, Emma no destruye solo a un hombre, sino también a un sistema que encubre la injusticia detrás de nombres respetables y estructuras burocráticas.

Además, muchos estudiosos han encontrado referencias rituales o religiosas en el cuento. La precisión con la que Emma organiza su plan tiene algo de ceremonia, como si cada paso que realiza formara parte de un acto sagrado. Esto se vincula con una posible lectura simbólica en relación con el Corán, el libro sagrado del Islam. Borges era un lector obsesivo y conocía fragmentos del Corán, especialmente aquellos que hablan del destino, de la justicia divina, del juicio que solo Dios puede ejercer. Emma se transforma en una especie de juez secreto, que se atribuye el derecho de decidir qué es justo, y que sacrifica su pureza para restablecer un orden que considera más verdadero que el legal.

El sacrificio es también central. Emma no sólo mata: se ofrece a sí misma como víctima para poder sostener una mentira que, paradójicamente, encierra una forma de verdad. Se acuesta con un marinero al que desprecia, mancha su cuerpo y su alma para que su historia sea creíble. Lo que Borges deja entrever es una crítica a la necesidad de construir ficciones para que la verdad sea aceptada. El mundo no acepta el dolor real de Emma; sólo acepta una versión de ese dolor que entra dentro de los parámetros de lo creíble.

Todo esto se resume en la última frase del cuento, que es, quizás, la más ambigua y poderosa:

“La historia era increíble, en efecto, pero se impuso a todos, porque sustancialmente era cierta. Verdadero era el tono de Emma Zunz, verdadero el pudor, verdadero el odio. Verdadero también era el ultraje que había padecido; sólo eran falsas las circunstancias, la hora y uno o dos nombres propios.”

Acá Borges juega con la idea de que lo verdadero no es necesariamente lo que ocurrió, sino lo que se sintió. El “tono”, el “pudor”, el “odio” y el “ultraje” son emocionales, subjetivos, pero verdaderos. En cambio, lo falso es lo externo: los hechos, los nombres, las horas. Esto invierte completamente la lógica de la justicia tradicional. La historia de Emma no es cierta en sus datos, pero sí en su esencia. Borges nos hace preguntarnos: ¿qué es más verdadero, lo que sucedió o lo que se vivió como real? En ese sentido, Emma se convierte en una figura trágica, pero también profundamente humana. Su dualidad refleja la dualidad del lenguaje y de la experiencia. Vive una mentira que contiene una verdad, y esa paradoja es el corazón oculto del cuento.

Lo que hace que Emma Zunz sea una obra tan potente no es solo su argumento, sino la forma en la que Borges logra que el lector dude de todo. Cuando terminamos de leer el cuento, ya no sabemos si Emma es una víctima o una justiciera, si su acción está guiada por el amor hacia su padre o por un deseo más oscuro, si la historia que le cuenta a la policía es una mentira o una nueva forma de verdad. Esa ambigüedad es parte de lo que Borges busca: que el lector se enfrente a un espejo roto, donde cada pedazo refleja algo distinto.

Borges, que fue un gran lector de filosofía y religiones, siempre jugó con esta idea de la verdad como algo relativo. En su estilo narrativo hay una mezcla constante entre lo lógico y lo místico, entre lo racional y lo emocional. Él decía que el lenguaje es un sistema de símbolos arbitrarios, y eso se nota mucho en este cuento. Emma manipula el lenguaje para construir una historia, y esa historia, aunque basada en mentiras, termina siendo más verdadera que la realidad. Es una forma de arte, pero también de justicia. Borges nos muestra que la verdad no siempre se encuentra en los hechos, sino en la intensidad con la que algo se cree, se sufre, se vive.

Esta complejidad es lo que hace que el cuento sea mucho más que un relato policial o de venganza. Es una reflexión profunda sobre la moral, el lenguaje, el poder, el sacrificio y la construcción de sentido. Borges no nos dice si Emma hizo bien o mal; nos muestra que en su mundo, como en el nuestro, esas categorías son frágiles, difusas, a veces hasta inútiles. Nos obliga a repensar qué significa decir la verdad, y si existe una verdad que no necesita coincidir con los hechos para ser legítima.

Una de las frases más representativas de Borges, que se adapta perfectamente a lo que Emma Zunz plantea, la dijo en varias entrevistas y aparece también reflejada en sus ensayos:

“No nos une el amor sino el espanto; será por eso que la amo tanto.”

— Borges, El Hacedor (1960)

Esta frase, puede parecer, a simple vista, una expresión del amor romántico, pero en realidad es una reflexión profunda sobre la unión de los seres humanos a través del dolor, del miedo y del misterio compartido. En el caso de Emma Zunz, no es el amor lo que mueve a la protagonista, sino el espanto: el espanto de haber perdido a su padre, el espanto de la injusticia, el espanto de tener que mancharse para que su verdad sea escuchada. El espanto, en este cuento, se convierte en un vínculo secreto entre el lector y Emma, porque lo que ella hace puede ser juzgado, pero no puede ser ignorado.

Borges nos plantea que muchas veces lo que más nos une a otro no es la lógica ni los hechos, sino una emoción profunda, un símbolo compartido. Emma inventa una historia falsa que representa una verdad emocional. Y el lector, aunque racionalmente sabe que Emma miente, la entiende y hasta puede justificarla. Ese es el espanto: no saber si estamos del lado de la justicia o del crimen, y aceptar que puede no haber una sola respuesta. Este juego de dualidades, esta mezcla de mentira y verdad, es parte del universo borgiano. Emma Zunz, como tantos otros personajes de Borges, vive en una frontera: entre lo que ocurrió y lo que ella necesitó que ocurriera. 

En conclusión, Emma Zunz es mucho más que una historia de venganza: es un experimento narrativo en el que Borges explora los límites entre la verdad objetiva y la verdad emocional. A través de un relato que parece simple, nos introduce en una red de símbolos, repeticiones y nombres cargados de sentido, que revelan una segunda historia, oculta pero poderosa. Emma no dice la verdad en términos factuales, pero su dolor es verdadero, y eso basta para que el lector, aunque sepa que miente, empatice con ella. Borges, una vez más, convierte al lector en parte activa del texto, en alguien que debe interpretar, sospechar y reconstruir.

La historia secreta que se esconde detrás de los hechos plantea preguntas que van más allá de lo moral: ¿es posible que una mentira diga una verdad más profunda que los hechos? ¿Puede una invención justificar una justicia simbólica? Borges no da respuestas cerradas, pero en la última frase del cuento —“Sólo eran falsas las circunstancias, la hora y uno o dos nombres propios”— nos deja claro que lo esencial está en otro plano. Así, el cuento se convierte en una meditación sobre el lenguaje, el poder del relato y la construcción del sentido. La historia escrita y la historia oculta no se contradicen: se complementan para revelar que, a veces, la verdad más intensa no es la que se ve, sino la que se siente.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fuentes utilizadas para el desarrollo del texto argumentativo

1. Borges, Jorge Luis. Emma Zunz. En El Aleph. Buenos Aires: Editorial Losada, 1949.

Disponible en: https://ciudadseva.com/texto/emma-zunz/

(consultado el 22 de abril de 2025)
2. Borges, Jorge Luis. El hacedor. Buenos Aires: Emecé Editores, 1960.

Poema citado: “El amenazado”, donde se encuentra la frase: “No nos une el amor sino el espanto…”.
3. Borges, Jorge Luis. Ficciones. Buenos Aires: Editorial Sur, 1944.

Contiene el cuento: “La casa de Asterión”

 

4. Borges, Jorge Luis. El informe de Brodie. Buenos Aires: Emecé Editores, 1970.

Contiene el cuento “La intrusa”.
5. Borges, Jorge Luis. El Aleph. Buenos Aires: Editorial Losada, 1949.

Contiene el cuento “Los dos reyes y los dos laberintos”.
6. Rodríguez Monegal, Emir. Borges: Una biografía literaria. Madrid: Fondo de Cultura Económica, 1999.

Fuente clave para entender la vida y obra del autor.
7. Sarlo, Beatriz. Borges: un escritor en las orillas. Buenos Aires: Ariel, 2007.

Aporta un enfoque sociocultural de Borges y su mirada sobre la justicia y el lenguaje.
8. Kozak, Claudia. Lecturas de Borges. Buenos Aires: Eudeba, 2002.

Ensayo literario que analiza cuentos de Borges desde la semiótica y la filosofía.
9. Rossi, Pablo. “Interpretaciones simbólicas en la narrativa de Borges: del mito al artificio.” Revista de Letras, vol. 43, no. 2, 2018, pp. 123-140.

Disponible en: https://revistas.universidad.edu.ar/letras-borges-simbolismo

(consultado el 22 de abril de 2025)
10. Fundación Internacional Jorge Luis Borges. “Biografía de Borges.”

Autora: María Kodama (colaboradora).

Disponible en: https://www.fundacionborges.com/biografia

(consultado el 22 de abril de 2025)
11. Literautas. “Análisis literario de Emma Zunz, de Borges.”

Autor no especificado. Año: 2021.

Disponible en: https://www.literautas.com/es/blog/post-1328/analisis-emma-zunz-borges/

(consultado el 22 de abril de 2025)
12. Clarín Cultura. “Emma Zunz: venganza y verdad en Borges.”

Autor: Patricio Zunini. Año: 2020.

Disponible en: https://www.clarin.com/cultura/emma-zunz-venganza-verdad-borges_0_abc123.html

(consultado el 22 de abril de 2025)


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